EMPALME DE LAS CINTAS TRANSPORTADORAS
Por razones de manipuleo,
las cintas transportadoras se proveen en una longitud
limitada, determinada por el fabricante. Si la longitud
necesaria en la instalación excede esta limitación,
o cuando la cinta debe unirse en sus extremos para cerrarla
sobre sí misma se recurre a dos formas de empalme:
mecánico o vulcanizado.
Los empalmes mecánicos son prácticos por
su simpleza de colocación y versatilidad de empleos
en instalaciones con frecuentes cambios (como las galerías
de explotación de minerales).
Para estos empalmes, la selección se deberá
realizar en función del fabricante de los broches
y los rangos de tensión admitidos serán
los estipulados por el tipo, teniendo atención
cuando éstos sean elevados, o hay presencia de
impactos o sobrecargas.
Las uniones vulcanizadas se aplicarán en los
casos de tensiones elevadas, necesidad
de una superficie
de carga sin elementos metálicos o continua por
especificación del material o seguridad, o en
ambientes explosivos donde se deben evitar la formación
de chispas.
El exceso de longitud necesaria para el empalme vulcanizado
está dado por la siguiente relación:
Le = (S-1) Z + 0,5 A
en donde Le = Longitud del empalme
S = Número de telas en la carcaza
Z = Longitud del escalón
A = Ancho de la cinta
La longitud del escalón está dada por
el tipo de tela de la carcaza. Para las distintas calidades
de telas se tiene:
P.P. 75 200 mm
P.P. 125 200 mm
P.P. 200 250 mm
Veamos, por ejemplo en una cinta 351/280 de 1.000 mm
de ancho cómo se aplican estos conceptos:
Le = (S-1) Z + 0,5 A
Le = (4-1) x 200 mm + 0,5 x 1.000 mm = 1.100 mm
Se debe entonces sumar dicho exceso de longitud (Le)
al largo neto de la cinta.